jueves, 27 de septiembre de 2007

RADIOGRAFIA DE MAMA



RADIOGRAFIA DE MAMA




Una mamografía es una radiografía de las mamas, que puede detectar aquellos tumores que, al ser tan pequeños, no han podido ser encontrados por el médico.
La detección de estos tumores tan pequeños (poco desarrollados) puede favorecer su extirpación y curación total, salvando la vida de la paciente. Pero esta exploración no es infalible, pues no detecta a veces ciertos tumores y, a veces, detecta imágenes que no son tumores. Por ello la combinación ideal en la detección precoz del cáncer de mama es la mamografía junto con la exploración periódica del ginecólogo, además de la habitual.
En la mujer joven no es frecuente el cáncer de mama y, además, la densidad de la mama hace menos precisa la mamografía. Por ello ésta se recomienda a partir de los 35 años de edad, de forma ocasional. A partir de los 50 años debe realizarse anualmente.
No está claro si existe un patrón de mamografía normal en cada mujer. Por ello, realizarla para comprobar la normalidad, no tiene fundamento.
Los criterios aplicados actualmente son:
No es necesaria la mamografía en mujeres menores de 40 años, excepto si tienen antecedentes familiares de cáncer de mama.
Realizarla anualmente a mujeres con edades comprendidas entre los 40 y 50 años con antecedentes familiares de cáncer de mama. Si no hay antecedentes y no se palpan nódulos, debe realizarse cada 2 años.
A partir de los 50 años de edad se debe realizar la mamografía anualmente en todos los casos.
a mamografía es una excelente manera de detectar anomalías en los senos; sin embargo, muchas veces los estudios de imágenes por sí mismos no pueden determinar si un tumor es benigno o canceroso, y es necesario obtener una muestra de tejido para examinarlo al microscopio. Una alternativa a la biopsia quirúrgica, que saca una muestra más grande para el análisis microscópico, es colocar una aguja hueca a través de la piel y dentro de la lesión sospechosa, con la ayuda de radiografías de mama especiales. La muestra de tejido obtenida de esta forma puede mostrar si la lesión es maligna o benigna, y el procedimiento es mucho menos invasivo que la cirugía. Para ver detenidamente el área donde hay cambios en el tejido, se usa una máquina computarizada de mamografía especial que se vale de coordenadas de intersección. Este método se llama biopsia estereotáctica o biopsia guiada por radiografía. Un patólogo examina la muestra obtenida y hace el diagnóstico final para iniciar la planificación del tratamiento.


Usos comunes del procedimiento
La biopsia de mama estereotáctica es de mayor utilidad cuando la mamografía muestra una masa, una agrupación de calcificaciones (grupos de pequeños depósitos de calcio), o un área de tejido anormal, pero no se puede sentir una masa cuando se palpa cuidadosamente. Hay varios instrumentos y métodos de biopsia que se pueden usar, por ejemplo biopsia con aguja gruesa, en la que se usa una aguja de gran calibre para sacar una buena cantidad de tejido del seno, y la biopsia asistida por vacío (BAV), que usa aspiración para sacar una muestra de tejido.
Las imágenes radiográficas también se pueden usar para colocar un alambre guía dentro del área sospechosa para ayudar a encontrar la lesión durante una biopsia quirúrgica, que se hace en la sala de operaciones.
La biopsia estereotáctica a menudo se hace cuando:
Una mamografía muestra una masa sólida sospechosa que no se puede sentir en el examen de las mamas.
Una mamografía muestra una agrupación sospechosa de depósitos de calcio.
La estructura del tejido mamario está distorsionada.
Aparece una nueva masa o nuevos depósitos de calcio en un sitio que se operó antes.
La paciente o el médico prefiere un método de evaluación no quirúrgico.


Preparación para el procedimiento
Aunque la mamografía muestre una anormalidad, la mayoría de las mujeres que se hacen una biopsia de mama no tienen cáncer; sin embargo, usted puede traer a un familiar o a una amiga, si lo desea, para que le dé apoyo y la lleve de vuelta a casa. Si toma aspirina o un arralador de la sangre, tal vez el médico le indique que deje de tomarlos tres días antes de la biopsia.


El aparato
Para la biopsia estereotáctica a veces se usa una mesa de diseño especial. En este caso, la paciente se recuesta boca abajo con el seno en el orificio de la mesa. La mesa se eleva para obtener acceso al seno, y la biopsia se hace por debajo de la mesa. El procedimiento también se puede hacer con la paciente sentada derecha en una silla. El estudio en posición vertical puede ser más adecuado para mujeres con dificultad para subirse a la mesa o que por cualquier razón no pueden acostarse boca abajo. Durante el procedimiento usted no debe moverse.
Durante la biopsia un instrumento con forma de paleta comprime el seno. Una bandeja contiene todo el equipo necesario para tomar la biopsia.


Qué sucede durante el procedimiento
Además del equipo especializado necesario para la biopsia guiada por radiografía, se necesitan tecnólogos y médicos con capacitación especial para realizar el procedimiento. Las imágenes se obtienen no con las películas de rayos X usadas en la mamografía convencional, sino con imágenes computarizadas o digitalizadas. Esto reduce la exposición del seno a los rayos X y también permite ver las imágenes en una computadora unos segundos después de la exposición, en vez de varios minutos que se necesitan para revelar la película radiográfica. El principio de la biopsia estereotáctica es que la lesión se puede ubicar con precisión en tres dimensiones calculando el cambio aparente de posición en imágenes radiográficas en ángulo. La primera radiografía ubica la anomalía en el seno; luego se toman dos vistas estereotácticas, cada una a 15 grados respecto a la imagen inicial. El médico luego marca la lesión electrónicamente en las imágenes. La computadora calcula el cambio aparente en la posición de la lesión en cada una de las vistas, y de esta forma puede determinar su ubicación exacta en tres dimensiones.
El instrumento de biopsia utilizado en este procedimiento se llama dispositivo de vacío, y consiste en una aguja interna con un foso en un extremo y una vaina externa. Al retraerse la vaina, el vacío aspira tejido mamario al foso de la aguja. La vaina externa se mueve rápidamente hacia adelante para cortar el tejido y colocarlo en el foso.
Una de las ventajas de la biopsia asistida por vacío (BAV) es que la aguja se inserta sólo una vez y no es necesario sacarla cada vez que se toma una muestra. Las biopsias se obtienen en orden rotando la aguja, lo que asegura que se obtengan muestras de toda el área de interés.

El primer paso es limpiar la piel e inyectar anestesia local. Se hace una pequeña incisión en la piel y se hace avanzar la punta de la aguja al sitio de la lesión que se calculó anteriormente. En este momento se obtienen imágenes estereotácticas para confirmar que la punta de la aguja está dentro de la lesión. En general se toman 6 a 12 muestras en la BAV. Luego se toma la última serie de imágenes. Si las imágenes muestran que la lesión se quitó total o casi totalmente, se deja una grapa en el sitio de la biopsia para facilitar su ubicación si la lesión fuera cancerosa. Una vez terminada la biopsia, la incisión se cubre con un apósito; no es necesario suturarla. Le dirán que no haga actividad vigorosa por 24 horas después de volver a casa, pero después de eso puede reanudar sus actividades normales.


Qué se siente durante el procedimiento
La biopsia guiada por radiografía toma 30 a 60 minutos o más. La mayoría de las mujeres sienten poco o ningún dolor, y no queda ninguna cicatriz. Para muchas mujeres la principal molestia es estar recostada boca abajo durante el procedimiento. Esta molestia se puede aliviar con almohadones colocados estratégicamente.


Quién interpreta los resultados, y cómo se informan
Un patólogo debe examinar las muestras de tejido. Es necesario procesar muchas láminas de alta calidad en un período de uno a cinco días laborales para llegar a un diagnóstico. Cuando los resultados definitivos de la biopsia estén listos, tal vez usted tenga una consulta con el médico para hablar de los resultados y decidir qué hacer a continuación. Si se encuentra cáncer, es probable que la refieran a un cirujano o a un especialista en tumores.

Beneficios
La biopsia de mama guiada por radiografía es una forma excelente de evaluar depósitos de calcio o masas pequeñas que no se ven con ultrasonido.
La biopsia con aguja gruesa guiada por radiografía es un procedimiento sencillo que se puede hacer en un centro de diagnóstico por imágenes ambulatorio.
En comparación con la biopsia quirúrgica, el procedimiento es más rápido y su costo es de aproximadamente un tercio. Por lo general no es doloroso y los resultados son tan exactos como los de la biopsia quirúrgica. No queda ningún defecto en el seno, y, a diferencia de la cirugía, la biopsia con aguja gruesa guiada por radiografía no distorsiona el tejido del seno, que podría dificultar la lectura de mamografías en el futuro.
El tiempo de recuperación es corto y las pacientes pueden volver a sus actividades normales pronto.
La técnica de BAV permite extraer la lesión entera.
Peligros
Debido a que la BAV saca grandes trozos de tejido, existe un riesgo de sangrado y de formación de un hematoma, una acumulación de sangre en el sitio de la biopsia. Sin embargo, esto sucede en menos del 1 por ciento de las pacientes.
Ocasionalmente las pacientes tienen dolor importante, que se puede controlar con analgésicos de venta libre.
Todo procedimiento en el que se perfora la piel tiene un riesgo de infección. La probabilidad de tener una infección que requiera tratamiento con antibióticos es de menos de uno en mil casos.
La biopsia de mama guiada por radiografía no es infalible. La lesión podría no encontrarse, o la extensión de la enfermedad podría subestimarse.
En los exámenes radiográficos se toman precauciones especiales para garantizar la máxima seguridad de la paciente. Las mujeres deben siempre informarle al médico o a los técnicos de radiología si hay alguna posibilidad de que estén embarazadas. Para mayor información sobre el embarazo y los rayos X consulte la página de Seguridad.


Las lesiones con depósitos difusos de calcio diseminados en el seno son difíciles de encontrar con la biopsia estereotáctica. Las lesiones cerca de la pared torácica también son difíciles de evaluar con este método. Si la mamografía muestra sólo un leve cambio en la densidad del tejido, pero no una masa o nódulo, el método con radiografía podría no ser satisfactorio. Ocasionalmente, hasta con una biopsia exitosa, el diagnóstico es incierto y es necesario tomar una biopsia quirúrgica, especialmente si se encuentran células atípicas o precancerosas con la biopsia con aguja gruesa.

RADIOGRAFIA DE CABEZA Y CUELLO



RADIOGRAFÍA DE CABEZA Y CUELLO



Como traumatismo de cara y cuello se entiende aquella entidad clínica, habitualmente de urgencia, que involucra lesiones traumáticas, y sus eventuales secuelas, que se asientan en la cara y/o en la región cervical. Requiere un acercamiento clínico multidisciplinario en un paciente con una gravedad cosmética, funcional y vital variables.
Su antigua subvaloración diagnóstica y terapéutica, ha sido reemplazada por un manejo clínico activo y especializado, que ha logrado reducir la frecuencia y gravedad de las secuelas y la mortalidad que acompañan a algunos casos de traumatismo cervicofacial.
Su incidencia ha ido en aumento. De casuísticas extranjeras y nacionales, sabemos que el trauma es la principal causa de muerte en la población joven, especialmente en hombres.
La severidad de las lesiones y el tipo de accidente se ha modificado. Así, los accidentes automovilísticos y agresiones físicas, incluso con arma de fuego, cada vez más frecuentes, han dado origen a lesiones traumáticas de mayor complejidad y riesgo vital. Corresponden a traumatismos de alta energía.
Los territorios anátomofuncionales que convergen en la cara y el cuello, son diversos y extremadamente complejos. Esta es la razón por la que es fundamental el manejo de distintas especialidades médicas y quirúrgicas, que interrelacionadas logren un resultado satisfactorio en el paciente.
Para una simplificación en la presentación de los conceptos, dividiremos los traumatismos de cara y cuello de la siguiente forma:

Conceptos anátomoclinicos:

1. La cara
Esta corresponde a la zona anterior de la cabeza. Contiene diversos órganos de los sistemas sensoriales, respiratorio, digestivo y masticatorio y foniátrico. Es una zona rícamente irrigada e inervada, motora y sensitivamente.
Distinguimos en ella tres grandes regiones de acuerdo a sus características lesionales, diagnósticas y terapéuticas:
El tercio superior o confluente cráneofacial, que incluye los hemisferios orbitarios superiores y sus contenidos, la unión etmoidonasal, los arcos orbitarios del hueso frontal y la fosa anterior del cráneo. Su compromiso en un traumatismo puede involucrar estructuras del sistema nervioso central, los globos oculares, el sentido del olfato, hueso y partes blandas de esta región. - El tercio medio o región maxilar, que incluye los huesos maxilares, palatinos, malares, lagrimales y arcos cigomáticos y estructuras como los senos maxilares y etmoidales, la arcada dentaria superior, las fosas nasales, hemisferios inferiores de las órbitas y su contenido, el paladar duro y blando. La vía aéreodigestiva superior comienza a este nivel con la rinofarínge. - El tercio inferior o mandibular, que incluye fundamentalmente a la mandíbula, su aparato dentario, el contenido oral y orofaríngeo y las partes blandas perimandibulares.

2.- El cuello:
En este capítulo no incluiremos los traumatismo de la columna cervical. Sí nos interesa desarrollar aquellas lesiones de partes blandas del cuello que pueden ser o no penetrantes. Estas últimas, son consideradas como tales cuando la herida sobrepasa en profundidad el músculo platisma. Podemos considerar dos regiones laterales del cuello y otra anterior. El borde anterior del músculo esternocleidomastoídeo es el límite de ambas regiones.
Las lesiones de las regiones laterales del cuello comprometen eventualmente estructuras musculares, nervios periféricos, vasos arteriales, venosos y linfáticos (incluídos los grandes vasos del cuello), la cúpula pleural, etc.
Así mismo, las lesiones de la región anterior del cuello, ubicada entre ambos bordes anteriores de los músculos esternocleidomastoídeos, pueden involucrar estructuras como piso oral, oro e hipofaringe, laringe, tráquea, esófago, estructuras vasculares y nerviosas.
Las estructuras que se comprometen en estas diferentes regiones, tanto faciales como cervicales, pueden presentarse combinadamente y constituir entidades clínicas de diversa complejidad diagnóstica y terapéutica.


Diagnóstico:

Las heridas derivadas de traumatismos superficiales de partes blandas basan su diagnóstico en la inspección. Especial atención debe ponerse en los posibles compromisos de estructuras subcutáneas, no siempre evidentes. Entre éstos destacan la sección de troncos nerviosos importantes, como nervio facial, ramas I, II y III del nervio trigémino, conductos salivales ( Stenon y Warthon), vía lagrimal con su saco y conducto. También deberán buscarse cuerpos extraños en las heridas y saber reconocer aquellas que requerirán una reparación más compleja ( heridas labiales, palpebrales, mucosas, etc.).
En relación al diagnóstico de las fracturas faciales, éste se basa en los siguientes aspectos:


.- Diagnóstico lesional; consiste en lograr conocer precisamente el o los huesos fracturados y el tipo de fractura que lo compromete. En este aspecto el concurso del especialista, con miras al tratamiento definitivo, es fundamental. Señalaremos a continuación aspectos clínicos y técnicas radiológicas en la evaluación de las fracturas faciales.



a) Fracturas del tercio superior (confluente cráneofacial):


Las fracturas simples de esta región se presentan habitualmente como asimetrías y hundimientos óseos, acompañados de mayor o menor grado de edema y equímosis. Rara vez se producen en estos casos alteraciones funcionales oftalmológicas u olfatorias.
Las fracturas complejas corresponden habitualmente a traumatismos craneanos y faciales combinados, con importante riesgo de vida para el paciente. Se observa compromiso de conciencia, importante edema y equímosis facial ( periorbitario), hemorragias subconjuntivales, rinorrea y epistaxis, aplanamiento facial, asimetrías óseas, lesiones oculares graves, etc.
El estudio radiológico más adecuado para fracturas de esta región de la cara es la tomografía axial computada (TAC) y en menor medida la radiología simple. La TAC permite un detallado estudio de las estructuras nerviosas (encéfalo, nervios ópticos), los ojos y la fractura en cuestión. Permite además, reconstrucciones tridimensionales de gran ayuda al especialista. Debe recordarse que este tipo de fracturas pueden acompañarse de lesiones del sistema nervioso central, en donde la TAC es fundamental. De ésto se deduce que en pacientes con traumas del confluente cráneofacial, debe siempre descartarse un componente traumático del sistema nervioso central.





b) Fracturas del tercio medio (maxilares y malares)
Las fracturas menos complejas del tercio medio de la cara corresponden a aquellas del hueso malar o cigomático, con o sin compromiso del piso de la órbita del ojo, del arco cigomático, de la maxila y de la arcada dentaria superior (ósea y dental). Se acompañan de discreto edema, retrusión maxilar y disoclusión, aflojamiento dental, hundimiento del pómulo, bloqueo de la apertura bucal ( fracturas del arco cigomático). Es posible palpar escalones óseos que evidencian desplazamientos de los rasgos de fractura, hipoestesia del ramo infraorbitario del V par craneano, etc.
Las fracturas menos complejas del tercio medio de la cara corresponden a aquellas del hueso malar o cigomático, con o sin compromiso del piso de la órbita del ojo, del arco cigomático, de la maxila y de la arcada dentaria superior (ósea y dental). Se acompañan de discreto edema, retrusión maxilar y disoclusión, aflojamiento dental, hundimiento del pómulo, bloqueo de la apertura bucal ( fracturas del arco cigomático). Es posible palpar escalones óseos que evidencian desplazamientos de los rasgos de fractura, hipoestesia del ramo infraorbitario del V par craneano, etc.


La mandíbula es el único hueso móvil de la cara, de manera que las fracturas que la comprometen ocasionan distintos grados de impotencia funcional, expresándose como trismus y dolor. Cuando la fractura compromete el sector dentado del hueso (fracturas mediana, paramediana y corporal), se observan escalones de la línea dentaria, heridas de la mucosa gingival haciendo expuestas estas fracturas, aflojaniemto dentario, hematoma del piso oral, etc. Menos llamativas pero complejas y dolorosas son las fracturas del ángulo, rama y cóndilo mandibulares.
Fracturas bilaterales de la mandíbula pueden originar desplazamiento posterior del piso oral y lengua, lo que en pacientes con compromiso de conciencia es causa de obstrucción de la vía aérea superior.
El estudio radiológico más adecuado para las fracturas de la mandíbula, es la radiografía panorámica mandibular. Se realiza con un equipo especial para esta técnica. Proyecciones "improvisadas", no permiten un diagnóstico preciso y con frecuencia subdiagnostican la lesión, con el riesgo de un tratamiento inadecuado. Complementariamente, las proyecciones radiológicas dentales (retroalveolares y oclusales) evalúan la región dentoalveolar y la TAC, algunos tipos de fracturas articulares (articulación témporomandibular).
Diagnóstico de emergencias; las fracturas de la cara no son motivo de acciones de urgencia en general, excepto en casos de hemorragia importante (habitualmente del tercio medio de la cara), obstrucción respiratoria (fracturas bilaterales de mandíbula o cuerpos extraños) y en lesiones del globo ocular. Incluso las grandes y complejas heridas de partes blandas faciales pueden ser diferidas en espera de las condiciones óptimas de reparación.
.- Diagnóstico de lesiones extrafaciales; en traumatismo faciales graves es frecuente la asociación con lesiones del sistema nervioso central (hemorrágicas, contusionales, fracturas de cráneo, etc.), de la columna cervical, del tórax (hemoneumotórax), del abdomen (trauma de vísceras) y extremidades. Por esta razón, debe ser activa la búsqueda y descarte de éstas, las que prácticamente siempre tendrán prioridad terapéutica sobre una fractura facial, especialmente si ésta no está complicada con situaciones de emergencia como las señaladas en el párrafo anterior.
En relación al diagnóstico de las heridas penetrantes cervicales, éste debe ser activo. Las heridas de este tipo son de alto riesgo, especialmente aquellas que lesionan vasos de importancia, la vía aéreodigestiva superior y la pleura.
Se debe estar atento a signos y síntomas como aumento de volumen de rápida instalación y a tensión y dificultad respiratoria, que alertan de lesiones vasculares con hematoma progresivo. Otros signos son enfisema subcutáneo ( heridas de la pleura cervical, vía aérea o digestiva), traumatopnea (respiración soplante a través de la herida), disfonía, disfagia, etc.
Las alternativas de diagnóstico por imágenes son principalmente la TAC, la radiología simple y la angiografía. Esta última de importancia central en la evaluación de herida por bala complicadas con hematoma.
Técnicas endoscópicas se deben realizar en pacientes en que se sospecha alguna lesión poco evidente de la faringe, esófago, tráquea o laringe.

Tratamiento:
Tanto en el caso de las lesiones faciales como cervicales, el tratamiento puede ordenarse en las siguientes etapas:


a. Medidas en el lugar del accidente: Abarcan desde el traslado, sin acciones médicas necesarias, hasta maniobras de resuscitación. En politraumatismos, los pacientes deben ser sometidos a los principios clásicos de control de la vía aérea, camilla rígida, inmovilización cervical, vías venosas, aseo de las cavidades faciales, especialmente extrayendo cuerpos extraños, y traslados a centros de complejidad mayor.
b. Medidas en la atención de urgencia hospitalaria: Nuevamente dependerán de la gravedad de las lesiones. En pacientes graves, se controlarán las medidas previas, se deberán descartar lesiones alejadas con riesgo vital (ver más arriba), tratar aquellas complicaciones faciales más simples o urgentes (sutura de heridas sangrantes, extracción de cuerpos extraños, desinfección) e iniciar el estudio diagnóstico de las lesiones sospechadas.
Las heridas cervicales penetrantes complicadas requieren de hospitalización, diagnóstico urgente y tratamiento habitualmente inmediato.
c. Tratamiento específico: En ambos tipos de trauma (facial y cervical), el tratamiento puede ser médico o quirúrgico. En algunos casos de fracturas faciales sin desplazamiento, sin consecuencia funcional (ocular o masticatoria, por ejemplo), en pacientes de edades avanzadas y deterioradas, en pacientes con daño neurológico grave e irreversible, podría no estar indicado el tratamiento quirúrgico.

RADIOGRAFIA DE CABEZA Y CUELLO

RADIACION



RADIACIÓN




es un proceso discontinuo formado por energía que lleva asociado una onda electromagnética. La radiación incide sobre las células alterando su ADN (material genético), que controla la división celular.
El ciclo celular se compone de diferentes fases. En la primera fase (G1) la célula crece; tras esta comienza la siguiente etapa (S), en la que se produce la síntesis del ADN. En la siguiente fase (G2) la célula se prepara para la división celular. Luego los cromosomas se separan (mitosis, M) y la célula se divide en dos células hijas. Tras esto, las células vuelven a la fase G1, completando de esta forma el ciclo celular. En ocasiones pueden salirse de éste y entrar en un estadio de descanso (G0).

Una célula es más o menos radio sensible dependiendo de la duración del ciclo de la división; ya que las radiaciones dañan la célula fundamentalmente cuando está dividiéndose activamente.

EFECTOS SECUNDARIOS DE LA RADIOTERAPIA



EFECTOS SECUNDARIOS DE LA RADIOTERAPIA



La radioterapia, al mismo tiempo que elimina células enfermas, puede afectar a los tejidos sanos cercanos al área de tratamiento. Como consecuencia pueden aparecer diferentes efectos secundarios.
Estos efectos son difíciles de prever con exactitud, ya que dependen de múltiples factores. Influyen en su aparición: la zona del organismo donde se realiza el tratamiento, la dosis, el fraccionamiento y la susceptibilidad individual de cada persona.
De hecho, en algunos pacientes se producen efectos mínimos, mientras que en otros son más importantes, siendo necesario administrar tratamiento médico complementario para su control.

Existen una serie de efectos secundarios generales que aparecen más o menos intensamente, y son independientes de la zona del tratamiento.
También pueden aparecer otros efectos secundarios específicos que son diferentes según la zona del cuerpo radiada.
Hay que tener en cuenta, en ocasiones, algunas consideraciones especiales sobre los efectos secundarios.

RADIOTERAPIA



RADIOTERAPIA




La radioterapia es el empleo de radiaciones ionizantes para el tratamiento, local o locorregional, de determinados tumores, es una especialidad eminentemente clínica encargada en la epidemiología, prevención, patogenia, clínica, diagnóstico, tratamiento y valoración pronostica de las neoplasias, sobre todo del tratamiento basado en las radiaciones ionizantes.
Esta acción también puede ejercerse sobre los tejidos normales, sin embargo, los tejidos tumorales son más sensibles a la radiación y no pueden reparar el daño producido de forma tan eficiente como lo hace el tejido normal, de manera que son destruidos bloqueando el ciclo celular. De estos fenómenos que ocurren en los seres vivos tras la absorción de energía procedente de las radiaciones se encarga la radiobiología.
La radioterapia es un tratamiento que se viene utilizando desde hace un siglo, y ha evolucionado con los avances científicos de la Física, de la Oncología y de los ordenadores, mejorando tanto los equipos como la precisión, calidad e indicación de los tratamientos. La radioterapia sigue siendo en la actualidad junto con la cirugía y la quimioterapia, uno de los tres pilares del tratamiento del cáncer. Se estima que más del 50% de los pacientes con cáncer precisarán tratamiento con radioterapia para el control tumoral o como terapia paliativa en algún momento de su evolución.

A Lo largo de nuestra vida estamos expuestos a múltiples tipos de radiaciones. La mayor parte de ellas son ambientales y provienen de fuentes naturales (como el suelo, el aire, el agua y los alimentos).

Además existen otras que recibimos en las diferentes exploraciones radiológicas usadas para el diagnóstico de enfermedades, como son las provenientes de las radiografías o el TC.
Desde el descubrimiento de los rayos X, hace ya unos cien años, las radiaciones se han aplicado cada vez más en medicina. Su utilización en el tratamiento de distintas enfermedades ha dado lugar a la aparición de una nueva especialidad médica denominada oncología radioterápica. Su objetivo fundamental es tratar enfermedades tumorales con radiaciones. Es frecuente que numerosos pacientes reciban radioterapia como parte de la terapia oncológica.

La radioterapia se emplea como terapia exclusivamente local o loco-regional (cuando se incluyen los ganglios cercanos al tumor). Es decir, trata el cáncer en su lugar de origen. Su objetivo puede variar en función de cuándo se administra:


Radioterapia neoadyuvante
Se denomina así a la radioterapia que se administra como primer tratamiento. Su finalidad es reducir el tamaño del tumor y facilitar la cirugía posterior.


Radioterapia radical
Es aquella que se administra como único tratamiento, con el fin de curar la enfermedad y/o mantener la función del órgano.


Radioterapia adyuvante
Es la radioterapia que se administra después de la cirugía o de la quimioterapia. Su finalidad es destruir las células malignas para consolidar el tratamiento local.


Radioterapia concomitante
Se administra a la vez que otro tratamiento como por ejemplo, la quimioterapia. Su fin es realizar el tratamiento local y sistémico al mismo tiempo. Se mejoran así los resultados de cada terapia por separado.


Radioterapia intraoperatoria
Es la administración de una dosis única de radioterapia durante la cirugía.

Las habitaciones donde se realizan los tratamientos de radioterapia externa se llaman salas de radioterapia o búnkeres. Poseen paredes de hormigón, con un espesor determinado que proporciona un aislamiento perfecto e impiden que la radiación salga fuera.
Mientras dure la sesión de tratamiento el paciente permanece solo en el interior de la sala, pero siempre vigilado por el personal especializado a través de un circuito de televisión y un interfono.

LA RADIOLOGIA Y SUS APLICACIONES



RADIOLOGÍA



es la especialidad médica que se ocupa de generar imágenes del interior del cuerpo mediante diferentes agentes físicos (rayos X, ultrasonidos, campos magnéticos, etc.) y de utilizar estas imágenes para el diagnóstico y, en menor medida, para el pronóstico y el tratamiento de las enfermedades. También se le denomina genéricamente radiodiagnóstico o diagnóstico por imagen.
La radiología debe distinguirse de la
radioterapia, que no utiliza imágenes, sino que emplea directamente la radiación ionizante (Rayos X de mayor energía que los usados para diagnóstico, y también radiaciones de otro tipo), para el tratamiento de las enfermedades (por ejemplo, para detener o frenar el crecimiento de aquellos tumores que son sensibles a la radiación).
La radiología puede dividirse de varias maneras distintas:
Radioterapia
Radiología Neurológica o Neurorradiología.
Radiología de Cabeza y Cuello
Radiología Torácica
Radiología
Cardíaca
Radiología Abdominal
Radiología Gastrointestinal
Radiología Genitourinaria
Radiología de la
Mama
Radiología Ginecológica
Radiología Vascular
Radiología Pediátrica

Clásicamente se emplearon los
rayos X. Los rayos X (o rayos Röntgen) fueron descubiertos hace más de cien años por Wilhelm Conrad Röntgen, Científico alemán que estudió los efectos de los tubos de Crookes sobre ciertas placas fotográficas cuando los sometía al paso de una corriente eléctrica.